Las pymes serán cada vez más ágiles en su toma de decisiones, más flexibles en su gestión, estarán más abiertas a las relaciones con sus sujetos de referencia -y, en general, con su entorno- y, por supuesto, serán más digitales. Estas son algunas de las conclusiones de un reciente informe que han elaborado el Consejo General de Economistas de España (CGE), Faedpyme y la Cámara de Comercio de España entre más de 1.000 entidades que han sobrevivido a los rigores económicos de la pandemia. Bajo la óptica de la contabilidad, el proceso de digitalización contribuye a optimizar recursos y procesos, ayuda a controlar mejor los gastos e ingresos y reduce significativamente la posibilidad de que se produzca cualquier error humano que era susceptible de ocurrir en el pasado.

Desde un plano más práctico, esta virtualización de la gestión contable facilita la relación de la pyme con la Administración y con los bancos, que ya ofrecen vías telemáticas seguras para la realización de cualquier trámite. Mientras que, a nivel interno, permite al CFO poder disponer de una solución digital que le ofrece la posibilidad de controlar y ordenar las facturas, realizar pagos o llevar a cabo estimaciones sobre la rentabilidad, aspectos clave para poder detectar anticipadamente riesgos o amenazas que puedan afectar a la organización. También, supone una ayuda inestimable para la elaboración de presupuestos en base a distintas posibilidades, una línea de trabajo que puede convertirse en un acelerador de oportunidades potenciales para cualquier pyme en esta era de la recuperación.

Los nuevos retos digitales del CFO

El CFO ha pasado en pocos años de ser un gestor y supervisor contable a adquirir cada vez un mayor número de roles críticos para el buen desempeño de cualquier empresa. Algo que las nuevas tecnologías no han hecho sino afianzar, gracias, sobre todo, a la visión holística tan privilegiada sobre la organización de la que dispone. 

Por ejemplo, debido a la implementación de soluciones digitales contables como la de Fuell, que termina por integrarse como un activo operativo más del capital humano de la compañía, el CFO puede llevar a cabo análisis de la situación económica real de la firma en tiempo real. Gracias a que conoce en cualquier momento la situación de la tesorería, puede gestionar con mayor eficiencia elementos como los pagos a los proveedores o las inversiones, además de ajustar con gran detalle y de manera automatizada las previsiones de ingresos y gastos. Mediante el uso de su solución digital, es capaz de actualizar permanentemente el plan financiero de la empresa, llevar con exactitud el control presupuestario y elaborar estimaciones a corto y largo plazo.

También se ha convertido en un buscador y evaluador más activo de nuevas vías de financiación para la entidad, gracias a que las nuevas tecnologías le permiten estar más en contacto con las entidades financieras y otros agentes inversores, así como tener una visión global del mercado. En esta línea, el CFO se está erigiendo como un profesional con cada vez mayores conocimientos informáticos y tecnológicos, al menos, en lo referente a nuevas soluciones digitales que mejoran su trabajo.

Por otro lado, las nuevas tecnologías han incrementado notablemente sus capacidades de seguimiento contable, lo que le permite detectar al instante cualquier incidencia que atañe a un trabajador o a un departamento. Además, puede establecer un contacto directo con ellos, fortaleciendo sus canales de comunicación internos. Desde un plano más administrativo, todo esto contribuye a que pueda cumplir mejor con los requerimientos normativos, algo que, en definitiva, redunda en un beneficio para la empresa y, en el plano personal, en un incremento de sus ratios de productividad.

Los presupuestos, un aliado clave

A menudo, se tiene la falsa creencia de que un presupuesto financiero es algo que atañe solo al CFO de una entidad. Sin embargo, se trata de un trabajo coral en el que, para conseguir el éxito, es preciso la implicación de, al menos, los líderes de cada departamento incluyendo, por supuesto, al director general. Unos buenos presupuestos permiten disponer de información clave para proyectar de qué manera la empresa va a gestionar sus recursos, pudiendo implementar medidas correctoras en el que caso de que no se estén cumpliendo las estimaciones. También, una vez pasado su tiempo de vigencia, permiten analizar qué se ha hecho bien y en qué se ha fallado, de cara a que sucesivos presupuestos estén lo más ajustados a lo que será la realidad de la entidad.

La implementación de soluciones digitales, como la que comercializa Fuell, posibilita que se puedan realizar presupuestos realistas en cualquier pyme, gracias a que:

El CFO puede concentrar su tiempo y sus recursos en plantear soluciones y alternativas que aporten un valor cualitativo real a la entidad, ya que la mayoría de los procedimientos administrativos se automatizan. Lo mismo ocurre para el resto de profesionales de la compañía, que ya no tienen que dedicar tantos esfuerzos a la recopilación de facturas o a elaborar tediosos informes de gastos.

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