Una de las figuras clave en muchas empresas y, con frecuencia, también una de las menos valoradas internamente, es la del agente comercial. Este profesional se encarga, principalmente, de promover, concretar y negociar las operaciones necesarias relacionadas con las ventas de una compañía. Llegar a ejercer esta tarea y, sobre todo, a conseguir los resultados de negocio pretendidos es algo que requiere de un amplio abanico de habilidades, lo que sitúa a esta profesión como una de las más complejas de llevar a cabo en una compañía.
La frecuente falta de reconocimiento suele venir del hecho de que, habitualmente, no forman parte del capital humano fijo de una pyme, sino que son profesionales independientes, por regla general autónomos, no teniendo una relación física diaria con el resto de los trabajadores. Sin embargo, en momentos de crisis o de incertidumbre en los mercados, de la buena labor de los agentes comerciales suele depender el crecimiento futuro de una organización, cuando no, directamente, su propia supervivencia. Por eso, es crítico que cualquier compañía que trabaje con ellos no solo valore y reconozca mejor su trabajo sino que les dote de herramientas suficientes como para facilitar que su desempeño sea el más eficaz posible.
Binomio entre recursos y ventas
Aunque, en realidad, cualquier trabajador en una empresa debería intentar lograr su máximo rendimiento con el menor consumo posible de recursos, en el caso de los agentes comerciales este axioma es particularmente relevante. Visitar a clientes, acudir a ferias comerciales, reunirse con posibles sujetos de interés, asistir a programas de formación continua,… Estas y otras actividades no solo consumen la práctica totalidad de la agenda de un comercial sino que, también, conllevan una serie de gastos intrínsecos.
El hándicap es que, aunque gozan de una mayor autonomía en la gestión de estos gastos que en el caso de otros profesionales, precisan, además, de una mayor flexibilidad y agilidad para aprobar algunas partidas económicas no previstas, tanto por inesperadas como por ser más costosas de lo estimado. En el caso de que no se logre una coordinación adecuada e inmediata con el CFO, es posible que se ponga en riesgo cuando no directamente se pierda una venta que puede ser de gran importancia para una pyme. Algo en lo que la tecnología puede jugar un papel fundamental.
Y es que, gracias a soluciones digitales como Fuell, la comunicación entre el responsable financiero y el agente comercial puede ser directa e instantánea en cualquier momento a través de un dispositivo habilitado. De este modo, aunque se encuentre en el otro extremo del planeta o fuera del horario de oficina, el CFO podrá analizar y, en su caso, aprobar cualquier gasto extraordinario que se le plantee. Incluso ya no es necesario hablar por teléfono o remitir un correo electrónico, ya que la propia app permite la interacción entre estos y otros profesionales de manera remota simplemente conectándose a ella.
Un mecanismo bidireccional
Gracias a ello, un agente comercial podrá lograr con gran agilidad el respaldo económico del CFO y, por lo tanto, de la pyme, en relación a, por ejemplo, invitar a comer a un potencial cliente, contratar un vuelo para asistir a una reunión importante o reservar entradas para un evento que puede ser del máximo interés para los objetivos de la compañía. Y, todo ello, con la seguridad de que queda plena constancia en la herramienta para, en el caso de resultar necesario, realizar verificaciones posteriores y mejorar así la gestión contable de la entidad.
Además, en su propio día a día profesional, el agente comercial ya no precisará de tener que ir recopilando y guardando todos los recibos y las facturas que vaya acumulando para luego computarlas y enviarlas a la pyme. Ahora, a través de Fuell, simplemente tomando una fotografía con el teléfono móvil, cualquier gasto se registrará y archivará digitalmente. Incluso, se llevará a cabo la gestión del IVA de manera automática, gracias a la colaboración que mantiene Fuell con DevoluIVA. De este modo, se facilita enormemente el trabajo del CFO, pero, sobre todo, se gana una enorme tranquilidad sabiendo que se minimiza cualquier posibilidad de que la Agencia Tributaria pueda, más adelante, realizar ninguna clase de reclamación a la empresa.
Por otro lado, también facilitará la verificación de los gastos al CFO ante cualquier duda que pueda surgir. Es decir, que si existe alguna duda en relación a una factura o a un asiento de gastos, en tiempo real y con carácter virtual, ambos profesionales podrán acceder a Fuell y revisar cada partida, algo fundamental para, más adelante, no tener ningún problema con la Administración a la hora de presentar las cuentas.
Las ventajas de apostar por los agentes comerciales
Un agente comercial aporta muchas cosas a cualquier pyme, más allá de las ventas. De hecho, su primera característica es que es un gran conocedor de la compañía, poseyendo una visión holística e integral de todas las tareas que se llevan a cabo. De este modo, puede responder satisfactoriamente a cualquier duda que le plantee un cliente.
En este sentido, comparte ese nivel de conocimiento cualitativo con el CFO, de modo que ambos están en condiciones de proponer ideas para mejorar la gestión y los resultados de la entidad. En el caso del CFO, el uso de soluciones digitales como Fuell ha contribuido a vaciar su agenda lo suficiente como para destinar tiempo de valor a pensar sobre la compañía; en relación a los comerciales, Fuell permite facilitar su trabajo diario, incrementar sus niveles de lealtad y de compromiso hacia la entidad y, con ello, interiorizando aún más el proyecto corporativo del que forma parte.
Escuchar de manera periódica las sugerencias de los agentes comerciales mejorará la realidad futura de una organización. Para lograrlo, es preciso establecer canales de comunicación fluidos con ellos, escuchando sus inquietudes y preocupaciones y ofreciéndoles alternativas y soluciones cuando las precisen.
Cuidar a un comercial, aunque sea externo a la empresa, requiere, en definitiva, escucha activa, reconocimiento de su labor y dotarle de herramientas digitales que, como en el caso de Fuell, les haga su trabajo más sencillo, eficiente y productivo.
