Es una tendencia imparable, conjunción de dos fenómenos que han impactado de lleno en la realidad de muchas empresas. Por un lado, la digitalización de procesos y actividades, de cara a ser más competitivas, productivas y eficientes. Esto se ha trasladado, por ejemplo, al auge de las plataformas SaaS (software as a service), que permite a precios asumibles disfrutar de soluciones digitales que aportan un amplio abanico de beneficios en la práctica totalidad de departamentos y servicios de una entidad. La app de Fuell es, en este sentido, un caso de éxito más, centrándose en aportar un valor añadido diferencial en la gestión de los gastos y en la contabilidad de cualquier compañía, con independencia de su tamaño o de la industria en la que opera.
El segundo fenómeno es el de la extensión de la cultura del dato. Muchas empresas y sectores han tendido a privilegiar el valor de la ingente información que manejan cada día y que puede convertirse, en el caso de ser tratada y analizada debidamente, en conocimiento de calidad. Si se lleva a cabo con éxito, puede (y debe) erigirse en una ventaja competitiva para una organización frente al resto de agentes de su mercado.
Ambos elementos han servido para catalizar al Big Data como una de las nuevas tecnologías emergentes más importantes en la economía actual. Y no solo para las grandes multinacionales con una amplia variedad de recursos sino que está, también, plenamente al alcance de las pymes. De hecho, la hiperconectividad que existe desde todos los ámbitos de la sociedad es clave para que cualquier entidad pueda generar y recopilar datos y, con ellos, poder extraer información de valor que, por un lado, será vital para impulsar su crecimiento y, por el otro, contribuirá de manera decisiva para que se puedan tomar decisiones operativas críticas con la mayor certidumbre posible.
Cómo mejora el Big Data a una empresa
- Ayuda a obtener una visión estratégica e integral del negocio. De este modo, es posible conocer qué áreas o segmentos requieren de mejoras para ser más eficientes. Esta información está disponible de un modo más rápido que cuando se llevaban a cabo análisis manuales de las bases de datos.
- Fomenta la interoperabilidad entre los departamentos, favoreciendo una mayor conexión entre el capital humano de una entidad, lo que redunda en nuevas sinergias, una mayor fidelización de los trabajadores y más productividad.
- Los recursos se administran de una manera más eficiente y responsable, ya que los datos aportan conocimiento fehaciente sobre lo que genera cada recurso en una actividad determinada. Así, es factible, también, reasignar dichos recursos con una mayor agilidad y menores trámites administrativos internos.
- Analizar con un mayor grado de fiabilidad el comportamiento que tendrán los clientes ante una acción de marketing que se ejecute, como es el caso de una campaña comercial. De este modo, será posible segmentarlos en base a diferentes parámetros, como según sus volúmenes de gasto, sus preferencias o de acuerdo al momento del día en el que llevar a cabo sus compras. Gracias a todo ello, se pueden implementar acciones de marketing más personalizadas y segmentadas, que permitirán incrementar las posibilidades de éxito comercial.
Construir una estrategia de análisis de datos
Hoy no hace falta disponer de grandes y costosos equipos de hardware para desempeñar una estrategia de Big Data, como tampoco es preciso invertir en programas de software que haya que ir implementando uno a uno en cada dispositivo, abonando una licencia por cada uno de ellos. De hecho, existe una batería de herramientas digitales que operan desde la Nube y que ofrecen una fiabilidad completa para cualquier pyme en relación al análisis de datos.
El propio gigante tecnológico Google ofrece dos de ellas que, en algunas de sus funcionalidades, son, incluso, gratuitas, pero que aportan información de gran valor sobre los clientes. Por un parte, Google Analytics, la app reina del small data, es fundamental para analizar las conversiones de clientes o para establecer objetivos de campañas comerciales. En paralelo, Google Search Console puede combinarse para saber cómo se comportan los usuarios que visitan la página web de la empresa así como los enlaces que se hacen desde otros sites.
Para testar nuevos productos o servicios y realizar encuestas personalizadas a los usuarios, hay soluciones digitales como, por ejemplo, SurveyMonkey. En el caso de las campañas de email Marketing, una de las opciones más completas es Mailchimp.
Gracias a estas y otras herramientas, es posible obtener información de valor del manejo de los datos, aunque, también, existen otras vías a través de las que las pymes pueden conseguir elementos cualitativos. Entre ellas, cabe destacar la interacción en las redes sociales, los sistemas de pagos con clientes y proveedores, el análisis de las newsletters y los comunicados que se reciben o los informes internos que se elaboran desde los diferentes departamentos de una organización.
La clave con este tipo de datos es estructurarlos adecuadamente, lo que pasa por asignar un valor (lead) a cada uno de ellos y luego compararlos, para propiciar así una interconexión entre ellos. A partir de ahí, es importante realizar una adecuada segmentación que sirva para confeccionar informes en los que se destaquen los principales patrones que se identifican y, con ellos, poder anticipar tendencias que sirvan para crear, en el largo plazo, oportunidades de negocio.
Para llevar a cabo este servicio personalizado para las necesidades de las pymes, existen entidades que prestan el BDaaS (Big Data as a Service). Estas compañías ponen a disposición de cualquier empresa la opción de gestionar una enorme cantidad de datos, pagando según la capacidad que se precise, lo que implica una importante reducción de costes mientras se les aporta un indudable valor añadido.
De este modo, cualquier pyme es capaz de incorporar los beneficios del Big Data en su operativa, sin que ello le suponga una inversión demasiado relevante de recursos, que pueden desplazarse hacia otras necesidades que generen un valor añadido real a su portfolio de actividades. Y, todo ello, optando a lograr una ventaja competitiva que puede significar el éxito a medio y largo plazo en su mercado.