Con la ampliación del periodo de confinamiento, muchas empresas van a tener que replantearse su estrategia durante estas semanas de cuarentena. El COVID-19 ya está teniendo un impacto en sus presupuestos y en su facturación anual, así que hemos intentado recoger algunas estrategias que podrían ayudar a startups y empresas de todos los tamaños a adaptarse a las nuevas circunstancias.
Mejorar los canales de comunicación digital
Hasta ahora muchas gestiones se realizaban en persona o por teléfono. Mejorar la digitalización de las empresas para comunicarse con los clientes no solo les ahorrará el tiempo de acudir al local donde se está desempeñando su tarea (que en estos días por regla general está cerrado) sino que permite al cliente conocer de primera mano datos como el horario de apertura, gestionar sus presupuestos, saber cuándo le va a llegar un envío o resolver pequeñas dudas acerca del producto o servicio que vende la empresa y que no requieren un trato presencial.
Implementar soluciones de pago contactless
Antes del coronavirus los pagos en metálico eran, proporcionalmente, similares o algo inferiores a los pagos con tarjeta de crédito por regla general, sobre todo cuando hablamos de pequeñas cantidades. Con la alarma del COVID-19 las autoridades nos han pedido que paguemos menos con efectivo y más con tarjeta de crédito en su modalidad contactless para impedir la propagación de la infección a través de materiales que tocan muchas personas como pueden ser las monedas o el datáfono.
Al aumentar los pagos a través de medios contactless como tarjetas, se disminuye la posibilidad de contagiarse. Es muy probable que cuando acabe la pandemia nos quede la costumbre de evitar los pagos en metálico, si todo sigue tal y como va.
Facilitar el acceso al crédito
Estamos abocados a una recesión, si miramos las cifras económicas que ha divulgado China tras el coronavirus. Esta situación es muy probable que se repita en Europa y tenga especial repercusión en los primeros países azotados por la epidemia, como han sido España e Italia.
Con el fin de acelerar la recuperación, las empresas de todos los tamaños deberían tener un acceso sencillo al crédito para poder reactivarse una vez vuelva todo a la normalidad. Poder adelantar nóminas o proveer de fondos para hacer compras necesarias para la marcha del negocio puede ser la diferencia entre un arranque rápido y uno más lento.
No sabemos cómo será el mundo que quedará tras la epidemia de coronavirus, pero sí sabemos que tenemos que estar preparados para jugar en un contexto totalmente diferente al que teníamos en el mes de febrero.